¡Piedra, papel y madera!
Cuando un niño o una niña juega, no solo se entretiene. Está adquiriendo una nueva experiencia, que más adelante relacionará con conceptos y valores. Por ello es muy importante elegir con cuidado los juguetes.
¿Son iguales todos los materiales?
La experiencia sensorial que aportan los distintos materiales es completamente distinta. Los elementos y materiales naturales, como la piedra, la madera, o la lana, tienen texturas únicas, aromas, tacto, temperaturas determinadas, que hacen que el juego se convierta en una vivencia estimulante. Los juguetes de madera y otros materiales naturales, además, fomentan la imaginación, suelen tener funciones abiertas o variadas, de manera que es el niño o la niña la que pone en marcha sus habilidades para disfrutar del momento.
El plástico, por el contrario, es inerte e invariable, es artificial, es sintético. Los juguetes de plástico suelen tener además una función muy concreta: un botón que enciende una luz, una palanca que activa una música… funciones que no dejan lugar a la imaginación.
Lo bueno es que hoy en día hay alternativas para casi todo. Aquí te dejo algunas:
Si el juguete se puede encontrar en su versión de madera, elígela.
Juguetes como bicicletas, cocinitas e instrumentos son fáciles de encontrar hechos de madera en jugueterías o tiendas online especializadas.
Y a mí personalmente me gustan mucho los juguetes de inspiración Montessori o Waldorf, que se pueden encontrar en tiendas especializadas en estas disciplinas didácticas, porque suelen ofrecer la oportunidad de desarrollar el juego libre, sin pautas, para desarrollar la imaginación a tope.
El arcoiris por ejemplo, se puede usar para encajar las piezas, para construir torres, para hacer túneles, para emparejar colores con otros objetos… De esta forma, a medida que el niño o la niña va aumentando sus capacidades, puede seguir utilizando el juguete para investigar, y probar nuevas formas de divertirse mientras aprende.
Y vosotros, ¿tenéis alguno de estos juguetes? Conocéis otros juguetes sostenibles que valgan la pena?